El alba nace muerto
hoy el alba nace muerto,
el día le sigue, muerto, también
no queda ya nada para mí en este día
salvo un atisbo de la efímera levedad del ser,
ni siquiera,
la soledad de toda una vida
se cierne de nuevo pesada
suficiente para aplastar al hombre más inocente
y yo continúo
consumiéndome
en danza lenta
sombra de una vela
solo
Ahora tu sonriente foto me observa desde la pared
no es que me importe mucho
más el polvo no me permite ver
no sé por qué
un pendiente al pie de la puerta
cuyo pomo se deshace cada vez que intento desaparecer
consorte de la umbría
testigo y verdugo de lo que queda de mí
y yo continúo
consumiéndome
en danza lenta
sombra de una vela
solo
Así que despierto un instante
resonancia tardía de una extinta ánima
illuso
para qué lo intentas
y la explosión se desata de nuevo en mi mente
breve atisbo de luz
que la noche inminente ahoga
mi gemido inaudible
mi voluntad aterrada
y continúo
consumiéndome
en danza lenta
sombra de una vela
solo
Poesía original de Leodegario López, ©2025 Leodegario López
